by Agustín García | April 28, 2025 |

Más no siempre es mejor. El talento que eliges para acompañarte puede ser el verdadero acelerador... o el mayor freno.

Más no siempre es mejor. El talento que eliges para acompañarte puede ser el verdadero acelerador... o el mayor freno.

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Cuando uno dirige una empresa, es natural que el crecimiento sea uno de los principales objetivos que ocupa la mente. Expandir operaciones, abrir nuevos mercados o simplemente mejorar resultados año tras año... Pero hay algo que pocas veces se menciona con la seriedad que merece: el talento que eliges para acompañarte puede ser el verdadero acelerador... o el mayor freno.

Déjanos contrtelo así: no siempre se necesita más equipo. Muchas veces, lo que se necesita es mejor equipo.

Es fácil caer en la tentación de pensar que la solución al crecimiento es simplemente agregar más manos, más personas, más departamentos. Pero la verdadera transformación ocurre cuando los ejecutivos que se suman entienden, impulsan y escalan la visión de la empresa. No se trata de sumar volumen; se trata de sumar impacto.

¿El talento impulsa o detiene su crecimiento?

Un ejecutivo que no tiene la capacidad de escalar contigo puede convertirse en un freno silencioso. Al principio, todo parece estar bajo control: cumple, entrega resultados, mantiene estabilidad. Sin embargo, cuando la empresa exige visión más amplia, liderazgo de cambio o capacidad de escalar equipos, ese mismo ejecutivo empieza a quedarse corto.

Aquí es donde muchos negocios exitosos pierden su impulso: construyeron su crecimiento sobre personas que eran excelentes para una etapa... pero no para la que sigue.

Y el costo de esta desconexión es alto:

  • Se retrasan proyectos clave.
  • Se incrementan conflictos internos.
  • Se pierde agilidad para aprovechar nuevas oportunidades de mercado.
  • Y lo peor: se gasta tiempo —ese recurso irrecuperable— corrigiendo errores de contratación.

¿Necesita más gente o mejor gente?

Este dilema es más frecuente de lo que parece. Muchas veces, el problema no es la falta de manos, sino la falta de visión, de estructura, de habilidades estratégicas en las posiciones clave.

La diferencia entre una empresa que crece de manera sólida y otra que solo suma nómina radica, en buena medida, en saber responder con honestidad esta pregunta.

¿Está tu estructura preparada para escalar o solo para sobrevivir?

Cuando el talento directivo tiene la experiencia y las competencias adecuadas, no solo ejecuta tareas: anticipa problemas, abre caminos, impulsa nuevas líneas de negocio y protege la cultura mientras crecen.

Los errores que más frenan el crecimiento empresarial

Desde nuestra experiencia, estos son algunos errores comunes —pero críticos— que hemos visto frenar empresas que tenían todo para triunfar:

  • Contratar por urgencia, no por estrategia. El "necesito a alguien ya" rara vez trae al mejor perfil.
  • Valorar únicamente la experiencia técnica y olvidar el “fit” cultural. Un ejecutivo que no comparte la visión y los valores de la empresa puede erosionar equipos completos.
  • No considerar la capacidad de escalar en el perfil. No todo el mundo que funciona bien en estructuras chicas tiene el mismo rendimiento cuando las cosas se expanden.
  • Dejar pasar señales de alerta en el proceso de selección. Las pequeñas dudas que se sienten en una entrevista muchas veces se convierten en grandes problemas en operación.

En resúmen... el crecimiento empresarial no depende únicamente del mercado, ni del presupuesto de marketing, ni de las condiciones externas. Depende en gran parte de las personas que se eligen para liderarlo.

Invertir tiempo y atención en buscar talento estratégico no es un lujo... es una decisión de negocio inteligente. Y en un mundo cada vez más competitivo, elegir al ejecutivo correcto podría ser el factor que marque la diferencia entre crecer... o quedarse estancado.